04 febrero, 2011

Lo afortunado que somos.

La esperanza es el sueño del hombre despierto: 


- La libertad, propia y ajena, no es una prótesis que se pone y se quita, sino una delicada y frágil cualidad, que puede, gradualmente, ser más o menos amada o despreciada, más o menos defendida o entregada.


-No deberíamos ser menos escrupulosos en la defensa de la libertad, sobre todo de la de los demás, cuando aparentemente no estamos bajo un yugo externo evidente, que cuando este llega, nos amenaza.

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