01 enero, 2011

The memory.

¿Cuántas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento, borrarlo todo y vaciar nuestra memoria?
¿Cuantas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar?

Da lo mismo Regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su  paso y se marchan con lágrimas y un largo adiós.
Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y plegarnos por ejemplo a la frase "comenzar de nuevo"... ¿cuántas cosas nos perderíamos? 
Serían como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso y la sensaciónde aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y
la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez.
Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, los brazos
mas cálidos, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más hermoso, la sonrisa mas esperanzadora.

¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de bellos recuerdos? Dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades para soñar con un futuro perfecto que no existe o un pedazo de cielo donde no
sabemos que nos espera.
¿Vale realmente la pena perder la memoria?




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