El sabio nunca dice todo lo que sabe o piensa, pero siempre piensa lo que dice.
-Para quienes no somos sabios, nos queda el remedio de ser al menos, prudentes. Y la prudencia del pensar y del hablar lleva a un doble orden en el tiempo y en la dedicación. Primero; antes pensar qué hablar: Segundo; pensar mucho y hablar poco.
Pues sí, de acuerdo con tu tablón ^-^
ResponderEliminarEs algo que pocas personas tienen en cuenta, y a más de uno, se le va la lengua con frecuencia..
ResponderEliminarxD
Cuanta razon!:)
ResponderEliminarBonita entrada,un besito linda.:)